SAN PABLO.- Otro ministro de Dilma Rousseff está en la cuerda floja, lo que profundiza las tensiones en el gabinete brasileño. Esta vez se trata del conductor de la cartera de Defensa, Nelson Jobim, quien confesó públicamente que en 2010 no votó por la Presidenta sino por su rival para el máximo cargo, el opositor José Serra, del partido de centroderecha Social Democracia Brasileña. Su situación se complicó en las últimas horas, cuando criticó duramente, a través de la prensa, a otras dos ministras y calificó al Gobierno que lidera Rousseff de confuso.

El titular de Defensa está en esa función desde 2007, cuando lo designó el entonces presidente, Luiz Inacio Lula da Silva; antes fue ministro de Justicia de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003). Es afiliado al centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño, aliado del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y Lula.

La semana pasada, Jobim reveló al diario Folha de San Pablo que apoyó en las urnas a Serra porque es su amigo desde hace décadas y su padrino de casamiento. Aclaró que la actual mandataria sabía que él no iba a votarla el año pasado.

Ahora se conoció un anticipo de la entrevista que mantuvo con la revista mensual Piauí (será publicada el fin de semana), en la que dijo que la ministra de Relaciones Institucionales, Ideli Salvatti, tiene una personalidad "muy débil" y que la jefa de la Casa Civil (cabeza del Gabinete), Gleisi Hoffmann, "ni siquiera conoce Brasilia".

Salvatti respondió que Jobim viene haciendo "declaraciones y ataques innecesarios". "Se debería contener un poco y tener mucha preocupación por ejecutar aquello para lo que está delegado", agregó.

Dos meses complicados

El diario O Estado de Sao Paulo afirmó ayer que la mandataria analiza la posibilidad de destituir a Jobim, en lo que sería el tercer cambio ministerial en dos meses, tras la salida del responsable de Transportes, Alfredo Nascimento, y del jefe de la Casa Civil, Antonio Palocci, ambos por escándalos de corrupción.

La modificación se concretaría luego de que el Congreso apruebe la creación de una Comisión de la Verdad para investigar los crímenes contra opositores ejecutados durante la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985 e intentar ubicar los cuerpos de desaparecidos.

Los dichos de Jobim generaron un profundo malestar en el arco oficialista. El ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, reconoció que se abrieron nuevas grietas entre él y los funcionarios que militan en el PT. "Su caso lo está tratando personalmente la Presidenta", añadió.

Las diferentes posiciones quedaron a la vista. Uno de los máximos referentes del PT, el ex ministro coordinador de Lula, José Dirceu, defendió la permanencia de Jobim al afirmar que "es un progresista, no es de derecha"; mientras que el diputado Jilmar Tatto (también del PT), por el contrario, consideró que el cuestionado ministro "está del otro lado hace mucho tiempo, está esperando ser echado". (Especial-Télam-DPA)